Cuenta la leyenda... En un reino no tan lejano vivía un dragón muy feroz que aterrorizaba a los habitantes del reino. Vivían asustados porque cuando el feroz dragón tenía hambre se acercaba al pueblo y se comía todos los animales que podía.
Los hombres, desesperados, decidieron que le darían al dragón dos animales por día para saciar su hambre y así poder vivir tranquilos. Aunque la tranquilidad duró unos pocos meses…. Los animales empezaron a escasear y no tenían con qué saciar el hambre del feroz dragón. Asustados, decidieron que harían un sorteo con todos los habitantes, incluida la realeza, y así cada día le darían al dragón la persona que saliera en el sorteo para que se la comiese. Fue mala suerte que en el primer sorteo saliera elegida la princesa del reino.
Cuando el dragón se disponía a comerse a la princesa, apareció un caballero cabalgando sobre un hermoso caballo blanco, con una lanza afilada y un escudo brillante, sin pensarlo se dispuso a salvar a la princesa de las garras del feroz dragón.
El caballero llamado, Sant Jordi alzó su lanza afilada y con un solo golpe, la clavó en el corazón del feroz dragón. De la herida del dragón comenzó a brotar un rosal con unas preciosas flores rojas. El caballero Sant Jordi cogió una de las rosas y se la regaló a la princesa como muestra de su amor. La princesa agradecida escribió un poema de amor al valiente caballero que salvó su vida de las garras de aquel feroz dragón.
Por eso, el día de Sant Jordi (día del libro) 23 de abril, los hombres regalan una rosa a la mujer y las mujeres regalan un libro al hombre.
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